viernes, 15 de noviembre de 2013

Blanco roto. Lujos

                          BLANCO ROTO
                 LUJOS
Más allá de la alimentación y el cobijo, todo es un lujo… siempre que reduzcamos la vida a la supervivencia. La libertad, la justicia, los deportes, la televisión, son lujos que los hombres nos hemos dado. Ahora bien, hay dos tipos de ellos. En uno entrarían aquellos lujos irrenunciables, a los que se refería Aristóteles al decir que el hombre lo es plenamente en una comunidad, ya resueltos los problemas de supervivencia. En el otro estarían aquellos lujos prescindibles por superfluos. La sociedad se mira como en un espejo al decidir a qué tipo pertenece un lujo concreto, especialmente en períodos de crisis. Así, podemos preguntarnos qué es valioso para nuestra sociedad mirando aquello a lo que no está dispuesto a renunciar. ¿Mantenemos o abandonamos, y en qué grado, sanidad, educación, asesorías políticas? Se podría objetar que esas decisiones no las toma la sociedad, sino los políticos, pero ¿no somos todos políticos, incluidos los indiferentes? Creer que uno no interviene en las decisiones es el primer paso para no intervenir en las decisiones. Pensemos en la educación, incluyendo la ciencia y la investigación. ¿Hay una diferencia real entre los gobernantes y los gobernados? Los primeros, a diferencia de sus homólogos en Alemania o Francia, prefieren Eurovegas a invertir en investigación, pero no observo que los segundos alienten a sus hijos para que sean científicos con la misma pasión con que lo hacen para que sean futbolistas. En cuanto a la educación propiamente dicha, reina en ella desde hace muchos años una desorientación fruto de dos hechos: la falta de un sincero interés por parte de los partidos políticos que han tomado decisiones al respecto y el triunfo de una corriente de la pedagogía científicamente desquiciada, como lo prueba la seriedad con la que truecan recreo por segmento de ocio. ¿Y la responsabilidad de los profesores? Existe la leyenda urbana de que en una ocasión, antes de aprobar una norma educativa, uno de ellos fue consultado sobre su trabajo.
JUAN FERNANDO VALENZUELA MAGAÑA
Aparecido en Diario Jaén hoy, viernes, 
         15 de noviembre de 2013

2 comentarios:

  1. Cierta sensación de derrota... pero me temo que no queda más que tirar.

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  2. Pero no hay risas, porque nos reímos de todo. Y nos reímos de todo en un corto espacio de tiempo. Una hoja del periódico Jaén, volando a través del jardín de la iglesia, ha caído sobre la punta de mis botas embarradas. En ella aparece la foto del gran Égroe. Sus geniales reflexiones, filtrándose por entre los árboles, se posan como polvo en el suelo...

    Un abrazo fuerte.

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